La bella Guaimaca y sus grandes amates
Guaimaca, conocida por su riqueza natural y por ser la tierra de los grandes amates, muestra al mundo su exquisita riqueza maderera.
Su tierra y su gente hacen del municipio, ubicado en Francisco Morazán, uno de los más prósperos y bendecidos.
Su historia se remonta a 1682, fecha de fundación y cuyo nombre era Santa Rosa de Guimaca.
Obtuvo su categoría de municipio en 1873, cuando las autoridades lo incluyeron en la división territorial de Honduras.
Su nombre proviene de la forma mexicana "Uayamacan" que significa “Lugar de los amates”, en otras palabras zona de árboles frondosos.
El amate, además de su frondosidad es rico en historia, sus hojas y corteza eran usados por los indígenas como herramienta curativa, por sus propiedades naturales.
Actualmente, sus pobladores disfrutan de dos festejos en honor a Santa Rosa, uno organizado por la Iglesia Católica y el otro desarrollado por la alcaldía municipal.
Las celebraciones se realizan del 23 al 30 de agosto y del 30 de agosto al 1 de septiembre, concluyendo con un carnaval visitado por extranjeros.