El valor infinito del arte en las manos de Diana Matute
Su voz como sus manos detonan firmeza, a sus 17 años de edad sabe que no hay mayor triunfo que plasmar sus sentimientos por medio del arte.
Diana Carolina Matute, ha encontrado la manera de inmortalizar su alma por medio de una escultura y la pintura. Su gusto por las artes lo tiene claro y por eso decidió profesionalizarse. Actualmente es estudiantes de la Escuela de Bellas Artes en Tegucigalpa, capital de Honduras.
Sus primeros acercamientos con el arte se dieron en su niñez, exactamente cuando cursaba sus primeros años de escuela. Dibujar y colorear fueron los destellos del fuego que años después quemarían su vida, fuego que enciende con cada obra a la que pone alma y corazón.
‘Tenía cierta facilidad de dibujar y colorear cuando era niña. Comencé vendiendo dibujos a cinco lempiras, dibujos de tareas que me pagaban’, recordó la joven Diana al hablar de sus inicios como artista.
Ahora tiene claro el camino, el arte para ella es más que un cuadro, más que un producto. El artes es sentimiento, es entregar una parte de sí en cada obra que realiza.
‘Lo que se busca es hacer sentir, es provocar una emoción y eso es lo fascinante de una expresión artística’, acotó la joven promesa.
Diana Matute, sabe que el desafío no es fácil; la falta de apoyo estatal y una pobre cultura en la población por el arte son factores que hacen de este viaje una tarea difícil, pero no imposible.
El baluarte para alcanzar sus sueños son su familia, quienes la han apoyado en este reto de vida que ella lo resume en un frase: ‘Aquello que cuesta es lo que en realidad vale’.
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