Amor con propósito: Un proceso, un plan y dos corazones
- Faria España
- 14 feb
- 3 Min. de lectura

Para el amor no hay casualidades, y Allan y Faria lo saben muy bien. Su historia demuestra que no hay distancia que pueda con un amor que tiene propósito y que está escrito en el corazón de Dios.
Cada uno tiene un testimonio, un repertorio de vivencias que hoy los complementan y elevan hasta el cielo su amor, amor que superó miles de kilómetros de distancia, ataques espirituales y hasta oposiciones. Cosas bastante comunes cuando es amor del bueno.
Uno de los procesos que marcó la vida de estos dos corazones, que nunca imaginaron encontrarse ni en sus sueños, fue dejar por segunda vez su país, Honduras. Faria sabía que todo era parte de un plan divino, pero jamás pensó que se trataba de darle color a la vida de un simpático chileno que no pudo resistir a sus encantos.
Una de las preguntas que me invadió cuando conocí su historia fue qué pensó el uno del otro cuando se vieron por primera vez. Fue atracción a primera vista o una llama que se fue alimentando poco a poco, como la mayoría de las historias que existen en este inmenso planeta que llamamos Tierra.
La primera que lo vio fue Faria; llegar a la iglesia donde él era líder fue la puerta de este plan escrito desde el universo, plan que solo tenía un propósito: unirlos para que su amor traspase más allá de lo terrenal, que sus nombres queden escritos en una estrella lejana que será eterna.

Allan, sin saberlo, impactó el corazón de aquella hondureña que buscaba encontrar en una iglesia el refugio que dejó en su país, un lugar que le ayudara con sus batallas en aquella tierra lejos de su gente.
Según relatan, lo que los unió fue justo el estatus ilegal de la que ahora llama "amada". Ayudarla con algunos trámites migratorios hizo que el amor floreciera y se convirtiera en un jardín con frutos que van más allá de lo natural, y que además de pasión, comunicación o comprensión llenan el corazón de otras personas a través de su llamado a servir a los de espíritus acongojados.
UN PROPÓSITO - DOS CORAZONES
Una vez que ambos se enteraron de que el corazón palpitaba el uno por el otro, las pruebas para confirmar que uno de sus propósitos era vivir juntos, comenzaron, pero con los obstáculos llegaron las señales de que su amor ya había sido escrito en el firmamento, acontecimientos de amor que confirman que nada en sus vidas es producto de la casualidad.
Mientras el reloj avanzaba para iniciar un nuevo año, Allan y Faria no dejaban de pensarse, sus almas clamaban por estar juntas, pero ellos no entendían qué ocurría, cómo era posible sentir tanto en un pecho tan pequeño.
A pesar de que cada uno tenía esa noche sus luchas, temores y preguntas que poco a poco se han ido disipando, nada podía detener el propósito que ya estaba en un libro, el libro de sus vidas, escrito por su magnífico creador hace millones de años.

Su historia ya ha traspasado fronteras, demostrando que para que un amor sea eterno, es necesario más que lo terrenal, más que las emociones efímeras. Para que un amor sea eterno tiene que estar escrito en el corazón de Dios, en el libro de la vida y en dos almas que se encuentran sin saber que se andan buscando.
Ahora, su amor, no solo está escrito en el cielo, aquí estoy yo, su sobrina, quien lleva su mismo nombre, relatando la unión de dos corazones que confirman que todo lo que ocurre en las vidas de los que aman a Dios los forjan para que en un futuro cercano se unan para llevar el propósito divino a otras vidas.

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