El productor que mezcla pasión, creatividad y humildad en cada trabajo
- FJAE
- 16 nov 2019
- 2 Min. de lectura

Desde que inició en el ámbito de los medios de comunicación, Marlon Rodríguez tenía claro que el secreto para disfrutar lo que hace era una mezcla de pasión, creatividad y humildad, tres virtudes que lo han hecho crecer profesionalmente.
Decidió emprender como productor independiente, tras cinco meses de “estancamiento” que lo hicieron volar como cuando soñaba hacerlo de niño y pilotear su propio avión laboral.
El viaje de la producción lo comenzó a los 17 años de edad, descubriendo su afición por las cámaras, talento que ha ido perfeccionado con capacitaciones en el extranjero.
Su amor por lo que hace, es la llave que abre las puertas para disfrutar cada proyecto; haciéndolo con esmero y excelencia que se refleja en el resultado de sus trabajos.
“Yo disfruto mi trabajo, cuando hago un proyecto le pongo empeño”, dijo confirmando la frase: “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día en tu vida”.
Al consultarle sobre la clave de ser exitoso y conseguir lo que se quiere, fue enfático en decir que no hay otra forma que “arriesgarse, emprender, confiar en su capacidad, no tenerle miedo al fracaso y retarse a sí mismo”.
Son más de 300 video-clips que han pasado por su creatividad y que lo han hecho crecer laboralmente, satisfacción que confirma cuando un cliente lo recomienda o encarga en sus manos nuevos proyectos.
Entre sus habilidades destacan la realización o creación de videos corporativos, comerciales de televisión, cortometrajes, transmisiones streaming, animación de caricaturas y todo lo relacionado a lo audio visual.

DE LOS REFLECTORES AL DEPORTE
Pero para Marlon Rodríguez no todo es “cámara y acción”, la actividad física en otra de sus pasiones, más cuando se trata de competir.
Es jugador del equipo de baloncesto de la selección nacional de Honduras con Retos Especiales, debido a su falta de movilidad en los pies, tras sufrir un accidente en 1994 que le cambió la vida y lo hizo amarla con intensidad.
La idea de integrar un equipo deportivo surgió cuando junto a otros amigos con discapacidad decidieron jugar por diversión, emprendiendo un nuevo reto y fue en 1999 que viajaron a Nicaragua para representar a su país.
“El baloncesto sobre silla de ruedas era un deporte no conocido en el país, actualmente existen dos equipo por el éxito que ha tenido y se convierte en una terapia para no entrar en depresión”, acotó al hablar del proyecto que le ha dado otro sinfín de glorias.
En enero del 2019 lograron ganarle al mejor equipo de Guatemala, en un torneo internacional que nuevamente le permitió demostrar su pasión y amor por todo lo que emprende.
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