Covid-19 Honduras: ¿Necesidad, indisciplina y perversidad?
La llegada del nuevo coronavirus, Covid-19, a Honduras fortaleció una serie de problemas estructurales de ámbito social, cultural y político.
La pobreza, falta de conciencia social y una clase política voraz han hecho de la nación un blanco fácil de la corrupción.
En tiempos de pandemia la necesidad de la clase en extrema pobreza, la indisciplina y la perversidad de las autoridades asfixian a una nación entera.
De acuerdo con estadísticas de entes internacionales, el 70 por ciento de la nación en Honduras vive en pobreza, esto evita que las cuarentenas o asilamientos sean acatados por la necesidad de llevar alimento a sus hogares.
Los que viven del día a día no pueden quedarse en sus hogares, la necesidad de comer y proveer otras necesidades los obliga a exponerse al contagio en una de las naciones más podres y corruptas del continente.
Además, la falta de recursos económicos hace que la población sea altamente manipulable por una clases política perversa.
Pero la necesidad y la indisciplina de una población carente de recursos y de cultura solo son el comienzo de una crisis que se agudiza con la corrupción.
Millonarios desfalcos económicos y endeudamientos son parte de una red criminal dirigida por el Partido Nacional.
Esa perversidad del gobierno ha cobrado hasta la fecha la vida de más de 200 personas por el contagio.
Los hospitales desabastecidos a pesar de un millonario presupuesto son un reflejo de un gobierno desalmado.
Cifras comparadas con las inversiones para combatir el coronavirus de otros países reflejan que en Honduras se vive una plaga peor que el Covid-19, la corrupción.
Los actos de corrupción son secretos a voces… Denuncias de compras sobrevaloradas, insumos inservibles y otros son casi el día a día de los hondureños.
Con más de diez años en el poder, el partido de gobierno ha hecho suyos los sueños de los ciudadanos, privándolos de una vida digna.
